Corro a toda velocidad. Miro hacia atrás por un segundo. Me persiguen. vienen tras de mi con sus ojos grandes y sus bocas rojas. Cierro los ojos para no mirarlas. No quiero sus arrullos, sus caricias negras.
Vete de mi muerte certera
vete de mi negra tristeza
olvidame ya, nostalgia.
No tengo ojos para ti
ni para tus amigas.
No quiero beber tus aguas amargas
no quiero bañarme en tu inmundicia.
Soy feliz en mi sonrisa
tengo paz en mi paciencia
amo el silencio de esta dulce calma.
Veo como se alejan cabizbajas, fracasadas en su intento por tomar mi mente, por romper mi corazon en pedacitos. Las veo esfumarse entre las nubes y mi corazón amansa su latido. Serenidad toca a mi alma.
¡Qué bueno verte
y sentirte y saborearte!
Quédate a mi lado
hasta quedar dormida.
Las sombras de aquellas infelices me vigilan. Esperan el momento para caerme de sorpresa. Pero yo duermo plácida en los brazos de mi vida.
En mi misma.
La única que tengo.
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