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Ecuador
Podré ser como una tortuga que se oculta tras su coraza o aquella que lucha tras una gran armadura; pero, no iré sin protejer a mi corazón a una batalla; sin embargo, me da miedo pensar que me curó el alma.

9 de junio de 2011

Presencia encantadora


La mujer elegante sobre todo es pudorosa. El pudor es la tendencia natural  a la
la reserva de lo íntimo. Allí donde hay intimidad brota el pudor.
La intimidad, de por sí se recata, se reserva, se oculta en su propio
misterio, consciente del alto valor que posee*. Porque estoy convencida como
mujer de esto, es que sí me importa el largo que tenga mi falda la forma
en que desnudo o cubro mis hombros y el detalle al usar ropa que no ajuste de
manera excesiva las formas de mi cuerpo. Por esto es, que a la hora de ir en
la búsqueda de un estilo personal, que sólo puede manifestarse
con el tiempo, es importante que nos preguntemos: ¿en qué creo?
¿qué relación hay entre lo que yo creo y me pongo? ¿existe
coherencia entre lo que digo y proyecto a la hora de vestirme? Si por primera
vez se presentará inesperadamente ante mí un personaje al que
admiro, ¿me sentiría orgullosa de la impresión que le dí?.El magnetismo que surge del buen gusto de una mujer que sabe elegir las prendas de su guardarropa
es impresionante. Lo és, porque el vestido, simplemente es como una segunda piel que prolonga la belleza de su alma y la sólidez de sus valores y crencias.

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